The King's Speech (El Discurso del Rey)

Año: 2010.

Dirección: Tom Hooper.

Intérpretes: Colin Firth, Helena Bonham Carter, Geoffrey Rush, Michael Gambon, Guy Pearce, Timothy Spall, Derek Jacobi, Eve Best.

Sinopsis

Bio-pic que narra una etapa en la vida del príncipe  Alberto Federico Arturo Jorge, duque de York, que pasaría a la historia como el rey Jorge VI del Reino Unido (personaje interpretado por Colin Firth). Se ambienta en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial y cómo el duque de York se vio obligado a acceder al trono tras la abdicación de su polémico hermano el rey Eduardo VIII (personaje de Guy Pearce) y tras la muerte de su padre el rey Jorge V (personaje de Michael Gambon).
El rey Jorge VI, entre otras cosas, será recordado por una severa tartamudez que le impedía enfrentarse a grandes discursos. Harto de recurrir a distintos expertos en la materia, acaba contratando a un terapeuta del habla de origen australiano, Lionel Logue, (personaje interpretado por el también australiano Geoffrey Rush). Este singular logopeda se caracteriza por unos métodos poco ortodoxos pero  muy eficaces, que consiguen corregir la tartamudez del monarca y que éste guíe con sus discursos a la nación en los momentos difíciles en los que el Reino Unido entra en la Segunda Guerra Mundial.

Crítica

Cinta estrenada en el Festival de Toronto 2010, donde recibió excelentes críticas y el premio a la mejor película, elegida por el público. Se unen varias nominaciones a los recientemente otorgados Globos de Oro.
Desde la Ignorancia nos acercamos a esta película atraídos por el reparto, dado que lo conforman un elenco de actores que nos gustan, unos más que otros, claro está, pero en general nos cautivan.
El director Tom Hooper se sumerge en el mundo de la realeza inglesa (al igual que aquella The Queen tan sobrevalorada a nuestro juicio) para narrarnos una historia de superación que tuvo como protagonista al rey Jorge VI del Reino Unido. Una historia de superación a la vez que una cura de humildad "real" y una historia de amistad.
Para empezar por ese buen molde que le da forma a la cinta, se parte de un guión bastante solvente, que gira entorno a la dificultad  del entonces duque de York para el discurso en público,  y acaba por crear una comedia que nos muestra y enseña algunas cosas. Por un lado y  quizá lo más obvio, nos acerca a los entresijos de una realeza cuya importancia y relevancia está en proceso de decadencia y se ha visto convertida "en un elenco de actores", tal y como dice el propio rey Jorge V (personaje interpretado por  Michael Gambon), y títeres de la clase política, con un discurso prefabricado y diciendo lo que la gente desea oír. En segundo lugar, muestra como esos seres de sangre azul, son personas con sus defectos, sus inquietudes, sus miserias y sus hipocresías. En tercer lugar, la regia educación y disciplina a la que se ven sometidos los herederos al trono, que les llevan a creerse seres superiores y que dificilmente les hace bajarse a las realidades del trato personal con la gente. Y por último, y como ya hemos dicho, se convierte en una verdadera historia de amistad. Amistad como germen de la confianza y fundamento básico para la superación, que acaba con un monarca capaz de dar los discursos necesarios para que su pueblo se sienta arropado en esos momentos difíciles, los comienzos de la II Guerra Mundial.
Pero lo mejor del guión son los grandes diálogos que se construyen para ser ejecutados maravillosamente por sus actores. Y es aquí donde llegamos a lo sublime del film, las interpretaciones de su trío protagonista.
Las casi dos horas de metraje se convierten en un duelo interpretativo entre el escocés Colin Firth y el australiano Geoffrey Rush. Sí señores dos grandísimos actores que nos brindan sendas interpretaciones soberbias. Desde la diferencia de estilos, logran elaborar un plato exquisito que hace las delicias de cualquier comensal ignorante como el que les escribe. Ambos magníficos y la mezcla simplemente excelsa.
El señor Rush, ese loco sobreactuador y en ocasiones demasiado forzado , procedente del país de los  koalas y los canguros, se aleja de lo histriónico de algunos de sus papeles, pero deja su huella en la piel de ese terapeuta, Lionel, con métodos muy raros y muy poco ortodoxos. Un acierto la elección de este actor que tanto nos gusta y que tanto admiramos. No llega a aquella joya que le valió el Oscar por Shine, pero señores, este hombre está genial. Si de nosotros dependiese, la nominación al Oscar como mejor actor de reparto no se escaparía, pero ahí no tenemos mucha mano como en casi nada.
Y vamos al caviar del plato, que no es otro que ese elegante escocés de nombre Colin, que completa aquí su mejor actuación. Actor de método, de estilo sobrio, serio y calmado, logra aquí compaginar todo eso con la vis cómica que ya apuntaba en Love Actually recitando aquellas palabras en correcto portugués para pedir la mano de la preciosa Aurelia. Consigue transmitir la seriedad y las formas de un monarca, con las debilidades y las flaquezas de una persona que se infravalora, influenciado y amedrentado por la alargada sombra de su padre y de su hermano mayor, heredero al trono. Hoy nos hemos levantado con su Globo de Oro a mejor actor y sin duda que lo merece, como merecerá el Oscar que desde aquí solicitamos.
Ambos magníficos y espléndidos, de nueve para arriba.
Bonham Carter muy bien caracterizada y cumpliendo con creces como reina consorte. Bien por ella, porque logra una interpretación soberbia sin necesidad de todo lo accesorio que su querido Tim Burton le suele poner encima.
Correcto Michael Gambon (ese Albus Dumbledore caído del Harry Potter cinematográfico) en su papel de rey Jorge V. En cambio justito, por no decir mal, Guy Pearce, como el frívolo y casi olvidado ya rey Eduardo VIII, que decidió abdicar a favor de su hermano, por sus amores y amistades peligrosas.
Muy bien ambientada y con una fotografía pálida y muy correcta que nos traslada a los años treinta, el film lo tiene todo para ser un éxito de taquilla, crítica, crítica ignorante y premios. Es ligera, digerible, delicada, con un guión solvente, diálogos buenos e interpretaciones supremas. Así que, señoras y señores, no se lo piensen y si un ignorante como yo influye para algo en su opinión, esta vez  háganme caso y vayan al cine a verla y disfrutarla.
Le damos un notable alto y eso saben que nos cuesta mucho.

Nota general: 8,0 sobre 10.

Trailer

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