Dirección: Steven Soderbergh.
Intérpretes: Gina Carano, Ewan McGregor, Michael Douglas, Channing Tatum, Michael Fassbender, Antonio Banderas, Bill Paxton, Michael Angarano.
Sinopsis
La joven Mallory Kane (personaje interpretado por Gina Carano) es una agente paramilitar cuyos servicios son contratados por distintos gobiernos para resolver casos y misiones peligrosas a través de métodos poco diplomaticos y directos. Sus servicios son contratados a través de Kenneth (personaje interpretado por Ewan McGregor), con el que mantuvo una relación sentimental en el pasado.
Lo que parece un trabajo sencillo en Barcelona acaba desembocando en una serie de altercados que ponen en peligro su vida y la de su padre (personaje interpretado por Bill Paxton). Ella tratará de defenderse y vengarse, descubriendo alguna sorpresa por el camino.
Lo que parece un trabajo sencillo en Barcelona acaba desembocando en una serie de altercados que ponen en peligro su vida y la de su padre (personaje interpretado por Bill Paxton). Ella tratará de defenderse y vengarse, descubriendo alguna sorpresa por el camino.
Crítica
Señores, un horror. Un horror de película que no nos atrevemos ni a calificar de serie B. Si así lo fuese, aún tendríamos algo por lo que salvarla, pero la verdad es que no se lo encontramos.
Estamos ante un producto que no logramos justificar por nada y a través de nada. No entendemos que nombres de la altura de su director y de sus actores protagonistas se hayan embarcado en algo tan pobre, tan patético y tan insustancial. Podemos ir desgranando cada uno de los componentes de la película y a cual más falto de interés y talento.
Un guión que recoge una historia como tantas otras del género del thriller y la acción, sin aportar ningún elemento innovador ni original. Es previsible en exceso.
La película adolece de falta de ritmo y su formato de continuo flashback no hace otra cosa que empeorar el ya anodino transcurrir del metraje. Ni el compendio de escenas de lucha y "mamporros por doquier" (alguno de ellas bastante ridícula, todo sea dicho) logran infundir algo de sangre, tensión y adrenalina a un más que descafeinado y soso discurrir por las aguas del aburrimiento extremo. Esas escenas de agresividad y lucha son más triviales (en ocasiones jocosas) que sentarse a disfrutar de la batalla entre dos marujas peleándose por una braga fajera en las postrimerias de las rebajas del algún outlet de periferia de suburbio de barrio marginal. No es que rocen lo ridículo, naufragan en él.
No damos crédito a que un director como Steven Soderbergh, al que tenemos en alta consideración, se embarque en tal catástrofe cinematográfica (bueno sí, sólo lo podemos atribuir a nuestra falta de criterio, y que eso no nos haga entender ESTO). Qué error!! Algo parecido al cometido por el plantel de actores de renombre que se han subido al barco y cuyo única motivación, entendemos, es el navegar a las órdenes de un patrón de prestigio...
Lleno de nombres, vacío de interpretaciones. Horrendo papel e interpretación de Ewan McGregor; lo peor que le hemos visto... por dios, con lo que le apreciamos. Nuestro galán de moda, y pluriempleado Michael Fassbender, completa diez minutos dignos del último extra de cualquiera de las cintas de James Bond. Bill Paxton se presta a poner cara de pardillo y bigote falsón para dar forma a un papel vacío, insensible e insustancial; habrá que hacer caja, suponemos. Antonio Banderas está correcto durante casi toda la película, escondido tras una enorme barba que le da rigor y fuerza, hasta ese momento final en el que, de pronto, aparece El Zorro de vacaciones en Mallorca y la jodemos por completo. La protagonista, Gina Carano, no logra transmitir emociones, ni siquiera frialdad. También destrozada por un malísimo doblaje al castellano. Al único que le damos el aprobado, la corrección, es a Michael Douglas, enfundado en el papel de agente gubernamental que maneja el lado oscuro del poder. Cumplidor, tampoco más: un papel que hace bien y que ya le hemos visto antes. El traje y la bandera yankee en la solapa los sabe llevar.
Ya lo ven, un primor de película. ¿Pagar la entrada para verla en el cine? Un insulto a nuestra maltrecha economía. Ni su supuesto independentismo y falta de medios la salva.
Y por favor, si alguno todavía tiene ganas de ir a verla, háganlo en versión original, porque el doblaje es un espanto. Sobre todo el de Gina Carano. Flaco favor le han hecho a esta mezcla de Elisabeth Sallander y Pam Grier.
No se sorprendan en la nota... incluso es generosa en exceso.
No se sorprendan en la nota... incluso es generosa en exceso.
Nota general: 0,5 sobre 10.
Trailer
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