Dirección: Robert Zemeckis.
Intérpretes: Denzel Washington, Kelly Reilly, Don Cheadle, Bruce Greenwood, John Goodman, Melissa Leo.
Sinopsis
El comandante Whip Whitaker (personaje interpretado por Denzel Washington) ha conseguido realizar un espectacular aterrizaje de emergencia, tras sufrir el avión que pilotaba una avería mecánica. Se le reconoce así como todo un héroe nacional, por su increíble pericia y habilidad. No obstante, cuando se pone en marcha la investigación del accidente, se descubre que el piloto podría haber estado pilotando bajo los efectos del alcohol, un problema que arrastra desde hace tiempo y que le cuesta reconocer.
Crítica
Otra de estas películas oscarizables llega a nuestras salas. En esta ocasión es la interpretación de Denzel Washington la que ha merecido tal honor y las mejores palabras de la crítica entendida (también ha recibido una nominación a mejor guión original). Nosotros, desde Cine desde la Ignorancia y en este maratón invernal de cine, decidimos que por qué no entrar y comprobar así lo leído hasta la fecha. Un atractivo más es el director, Robert Zemeckis, quien ya llevaba años sin presentarnos una meritoria cinta, si bien dejó en el pasado grandes títulos (taquillazos), tales como Forrest Gump, Polar Express, la saga de Regreso al Futuro, Náufrago, Tras el Corazón Verde, ¿Quién engaño a Roger Rabbit?, etc.
La cinta es un doble viaje. Por un lado es un viaje hacia la verdad, tratando de conocer la realidad sobre lo ocurrido, sus causas y los posibles fallos que dieron lugar a la tragedia; la cual no fue mayor, por la tranquilidad y la habilidad del piloto. Por otro lado, es un viaje, una búsqueda de si mismo; un trecho que ha de recorrer el personaje de Denzel Washington en un ejercicio de introspección que ha de marcar su futuro y los cambios en su estilo de vida. El debate de la honestidad y la franqueza frente a la mentira subyace: el "sí todo vale" con tal de salvaguardar "nuestro culo". En ese filo se mueve la historia, muy correcta en cuanto a la presentación del personaje protagonista, su puesta en escena y su desarrollo, pero no así en cuanto a su desenlace. Éste es poco creíble. A su poca credibilidad se le une su escasa profundidad en lo referente al resto de personajes, los cuales parecen meros floreros alrededor del que parece único elemento del film, el amigo Denzel.
La película arranca con muy buen ritmo (y no lo digo por los cuatro minutos iniciales únicamente), pero no lo logra mantener durante los casi ciento cuarenta minutos de metraje que dura, lo que nos permite que nos relajemos y nos lleguemos a alejar en exceso de la sala de cine. Esa pérdida de fuerza hace que se desinfle, que se venga abajo, para posteriormente acabar de ahogarse en un final poco creíble y si nos apuran, algo disparatado.
Lo mejor del film (y diríamos que casi lo único) es la interpretación de Denzel Washington. Se le otorgaba un papel rico en contenido y formas, donde podía dar rienda suelta a todo su potencial y saber hacer; que ahí está, aunque llevase un tiempo perdido. Como no podía ser de otra forma, lo consigue. Completa una interpretación sobresaliente, rica en gestos y excesos, sin perder la fuerza y la presencia en pantalla, a lo que ayudan los planos cercanos al actor. Es todo un derroche de cualidades, que no por esperadas, tengamos que dejar de alabar. No obstante, dura competencia por la estatuilla dorada tiene; Daniel Day-Lewis parece que se postula como claro favorito en esa categoría.
A la interpretación protagonista se unen buenas pinceladas en el reparto acompañan (sin ninguna profundidad, ni nada explotadas, como decíamos con anterioridad), entre los cuales, desde esta tribuna, destacamos a John Goodman, cual "señor Lobo del exceso y vicio". Son pocos sus minutos, pero muy sabrosos y entregados.
Es un entretenimiento justito (rozando lo televisivo), pero sin mayores alardes. Únicamente en lo que respecta a Denzel Washington será recordada. Desde aquí les recomendamos que no gasten en ella lo que vale una entrada de cine, y menos viendo los jugosos platos restantes que tenemos en cartelera a día de hoy. Esperen a que aparezca descargada en su ordenador, entonces podrán pasar una sobremesa o una noche de insomnio con ella.
La cinta es un doble viaje. Por un lado es un viaje hacia la verdad, tratando de conocer la realidad sobre lo ocurrido, sus causas y los posibles fallos que dieron lugar a la tragedia; la cual no fue mayor, por la tranquilidad y la habilidad del piloto. Por otro lado, es un viaje, una búsqueda de si mismo; un trecho que ha de recorrer el personaje de Denzel Washington en un ejercicio de introspección que ha de marcar su futuro y los cambios en su estilo de vida. El debate de la honestidad y la franqueza frente a la mentira subyace: el "sí todo vale" con tal de salvaguardar "nuestro culo". En ese filo se mueve la historia, muy correcta en cuanto a la presentación del personaje protagonista, su puesta en escena y su desarrollo, pero no así en cuanto a su desenlace. Éste es poco creíble. A su poca credibilidad se le une su escasa profundidad en lo referente al resto de personajes, los cuales parecen meros floreros alrededor del que parece único elemento del film, el amigo Denzel.
La película arranca con muy buen ritmo (y no lo digo por los cuatro minutos iniciales únicamente), pero no lo logra mantener durante los casi ciento cuarenta minutos de metraje que dura, lo que nos permite que nos relajemos y nos lleguemos a alejar en exceso de la sala de cine. Esa pérdida de fuerza hace que se desinfle, que se venga abajo, para posteriormente acabar de ahogarse en un final poco creíble y si nos apuran, algo disparatado.
Lo mejor del film (y diríamos que casi lo único) es la interpretación de Denzel Washington. Se le otorgaba un papel rico en contenido y formas, donde podía dar rienda suelta a todo su potencial y saber hacer; que ahí está, aunque llevase un tiempo perdido. Como no podía ser de otra forma, lo consigue. Completa una interpretación sobresaliente, rica en gestos y excesos, sin perder la fuerza y la presencia en pantalla, a lo que ayudan los planos cercanos al actor. Es todo un derroche de cualidades, que no por esperadas, tengamos que dejar de alabar. No obstante, dura competencia por la estatuilla dorada tiene; Daniel Day-Lewis parece que se postula como claro favorito en esa categoría.
A la interpretación protagonista se unen buenas pinceladas en el reparto acompañan (sin ninguna profundidad, ni nada explotadas, como decíamos con anterioridad), entre los cuales, desde esta tribuna, destacamos a John Goodman, cual "señor Lobo del exceso y vicio". Son pocos sus minutos, pero muy sabrosos y entregados.
Es un entretenimiento justito (rozando lo televisivo), pero sin mayores alardes. Únicamente en lo que respecta a Denzel Washington será recordada. Desde aquí les recomendamos que no gasten en ella lo que vale una entrada de cine, y menos viendo los jugosos platos restantes que tenemos en cartelera a día de hoy. Esperen a que aparezca descargada en su ordenador, entonces podrán pasar una sobremesa o una noche de insomnio con ella.
Nota general: 4,0 sobre 10.
Trailer
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