martes, 17 de junio de 2014

CDI-100: Double Indemnity, The Seven Year Itch, Some Like It Hot, Irma La Douce

Varias reseñas en menos de cien palabras (CDI-100): Billy Wilder nos deja aquí una muestra de su talento en cuatro películas que han dejado huella...

DOUBLE INDEMNITY (Perdición)
Año: 1944.
Dirección: Billy Wilder.
Intérpretes: Fred McMurray, Barbara Stanwick, Edward G. Robinson.
Crítica
Toda una obra maestra del cine negro, que por muchos años que pasen, no pierde nada de su encanto y de su capacidad para atrapar al espectador desde el primer instante. Todo se condensa en poco más de cien minutos (lo que siempre es de agradecer), durante los cuales no dejas de sumergirte más en la tragedia narrada.
Sobresaliente todo su elenco de actores, si bien destacamos a Barbara Stanwick, en una de las mejores mujeres fatales de la historia del cine, y a Edward G. Robinson. En este último caso, imposible lograr una mejor interpretación. Matrícula de honor.
Nota: 8,5 sobre 10.


THE SEVEN YEAR ITCH 
(La Tentación Vive Arriba)
Año: 1955.
Dirección: Billy Wilder.
Intérpretes: Marilyn Monroe, Tom Ewell.
Crítica
Un clásico de la comedia que dejó secuencias inolvidables. 
Película "bondadosa" que basa su éxito en los talentosos diálogos y en la atracción hacia su actriz protagonista, una Marilyn en su plenitud, a quien todo hombre desearía, ¡cómo no ibas a hacerlo si la tienes de vecina en el piso de arriba!". Tom Ewell ejecuta notablemente el papel de hombre dubitativo, inseguro, intranquilo y tentado, brindando unos alocados monólogos.
No nos cansamos de verla... nos parece que esa falda cada vez vuela más alto..., o nosotros que queremos que así sea!!!
Nota: 6,5 sobre 10.

SOME LIKE IT HOT 
(Con Faldas y a lo Loco)
Año: 1959.
Dirección: Billy Wilder.
Intérpretes: Marilyn Monroe, Tony Curtis, Jack Lemmon.
Crítica
Brillante y descabelladamente cómica, esta cinta del genio Wilder nos brinda ese diálogo final que se ha convertido en uno de los más famosos y recordados de la historia del cine. 
El desenfreno y lo delirante de la situación central del film, te ponen una sonrisa en la boca, que acaba por estallar en carcajadas en ese final al que hacemos referencia.
Todo en ella nos parece de notable alto para arriba; desde la rubia entre las rubias brillando incluso en el blanco y negro, hasta unos Curtis y Lemmon eternamente lúcidos, inmersos en su corsé.
Nota: 8,0 sobre 10.


IRMA LA DOUCE 
(Irma La Dulce)
Año: 1963.
Dirección: Billy Wilder.
Intérpretes: Shirley McLaine, Jack Lemmon.
Crítica
Un imprescindible de la comedia y del universo de Wilder, quien se aprovecha aquí de un Jack Lemmon y una Shirley McLaine en su mejor época; radiantes, joviales, divertidos: simplemente cómicos, sobre todo ella. Amores imposibles y amores difíciles con París como telón de fondo y amenizado con una pegadiza y alegre banda sonora, que no te puedes quitar de la cabeza, ni durante ni después del visionado de la cinta. Todo nos lleva a pensar que ya no se hacen comedias como ésta; al menos nosotros no las vemos.
Nota:  7,0 sobre 10.

4 comentarios:

  1. Cuando en el minuto 3 de “Perdición”, Barbara Stanwyck desciende por aquellas escaleras tan de estilo californiano para uso de cineastas, el arte popular americano lo acabaría constatando como uno de los momentos míticos de más profunda impresión. De King-Kong desnudando pacientemente a Fay Wray a Marilyn con su célebre falda de “The seven year itch”. Esta suntuosa aparición de Barbara en “Double indemnity” figura con derecho propio en el primer ranking de los instantes más intelectuales y elegantemente eróticos del cine de Hollywood. Pero a lo que me estoy refiriendo es a una turbulenta escena - que destrozará a un inane Fred Mac Murray – que es la apertura de un film. Terrible anuncio para un final no feliz. Con tan prometedor punto de partida, Billy Wilder asume perfectamente la mecánica del cine negro desde el ángulo de los parias, punto de vista más inquietante que hacerlo desde esos seguros defensores de si mismos que fueron Sam Spade y Philip Marlowe.

    Si alguna vez se ha dicho del film noir que es una determinada manera de ir a la deriva, “Perdición” cumple esta definición – perfecta en algún aspecto y absolutamente incompleta en otros – al máximo. El clima que sostiene la obra es un juego mortal sobre el alambre. Unos personajes grises, con una astucia que no es sino ridícula concesión de los dioses del destino, suficiente para ser atrapados por la tela de araña e inútil para salir de ella. El mundo de “Perdición”, al contrario que otras de las grandes películas del cine negro, es cerrado y no deja escapatoria. La imposibilidad de la búsqueda de la salida es tanta por ser una historia desarrollada sobre los desdichados protagonistas con la lógica del torniquete – o del pozo y el péndulo, si se prefiere – como por la ausencia de recursos de que son capaces de generar por si mismos. “Perdición” es un noir cotidiano, realista, no es tarea de los dioses del Olimpo. Es pieza de rateros, de asesinos de magazine – el viejo y extinguido diario “El caso” en terrenos cercanos -. Estos personajes carecen de rictus amargo y de la velocidad de los puños y de las pistolas de otros “héroes”. Evidentemente los protagonistas de “Perdición” no moran en ningún cielo.

    Pero ocurre que esa vulgaridad – más acentuada en el hombre que en la mujer – aparece traspasada por ese sueño sin despertar o con un amanecer espantoso encarnado por esa repugnante mantis religiosa tan afortunadamente interpretada por Barbara Stanwyck. Es la intromisión del universo del sueño en la vida cotidiana, cuyo paseo final traerá consigo el crimen y el castigo. Barbara Stanwyck será el hilo conductor de la historia, y lo hará por el camino de la lógica para buscar la riqueza primero y un mutis por el foro honorable en un callejón que, previamente, los tiene todos cerrados.

    Por más que esa salida digna - ¿podía ser de otra manera? – sea la utilización de la traición como un elemento más en el marco real sin que ello suponga discordancia alguna sino la lógica imperante para un argumento que no iba a dar indemnización a nadie.

    Wilder filmó la película con un tono seco y exacto, destilando el veneno del sarcasmo – aquí no introducido como elemento anexo sino surgiendo por si mismo – con un estilo frío y casi documentalista. Voz en off, absoluto sentido del ritmo. En este aspecto quizá sea la obra más armónica de Wilder; pocos años más tarde – y al socaire de I.A.L. Diamond – verdadero perdedor del sentido de la medida. “Perdición” resultó una de las películas más emocionantes del cine americano, porque supo calar con toda intensidad el dolor y la angustia del cine negro a a través no de una historia novelesca y grandilocuente, sino de una narración sencilla y humana. Demasiado humana.

    Luis Betrán (Vergerus)

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    1. Hola Luis Beltrán
      Muchas gracias de nuevo por asomarte a nuestra ventana y mirar dentro...
      Ante tan rico y exhaustivo comentario, no nos que da otra que agradecerte que nos dejes aquí este análisis para que todos nuestros lectores puedan leerlo y admirarlo.
      Respecto a Barbara Stanwick, estamos totalmente de acuerdo en todo!!
      Desde la Ignorancia, Lucas Liz.

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  2. Perdición, es una obra maestra!!

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    Respuestas
    1. Hola Anónimo/a!!
      Muchas gracias por dejarnos este comentario.... Estamos de acuerdo!!!
      Desde la Ignorancia, Lucas Liz.

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