Dirección: Miguel Courtois.
Intérpretes: Luis Tosar, Martina García.
Sinopsis
E de Enmanuel. Basada en hechos reales.
Narra un episodio en la vida de José Crisanto (personaje al que da vida en la pantalla Luis Tósar), en el cual ha de cuidar de un bebé por imposición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
José vive con su familia en una zona bajo dominio de las FARC y se gana la vida cultivando coca. Un día, los guerrilleros le entregan a un bebé moribundo y le obligan a cuidar de él, advirtiéndole que el niño es muy importante para "el movimiento". Tras tener José que intervenir para salvar a sus hijos de ser reclutados para la lucha armada, su familia al completo se ve obligada a huir. Es entonces cuando aprovechan para llevar al pequeño al hospital, para que sea curado. Años más tarde, los guerrilleros no se olvidan del "muchachito" y buscan a José para que se lo devuelva, dada su especial importancia. No obstante, ya no sólo le buscan las FARC, también lo hace la policía colombiana.
Narra un episodio en la vida de José Crisanto (personaje al que da vida en la pantalla Luis Tósar), en el cual ha de cuidar de un bebé por imposición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
José vive con su familia en una zona bajo dominio de las FARC y se gana la vida cultivando coca. Un día, los guerrilleros le entregan a un bebé moribundo y le obligan a cuidar de él, advirtiéndole que el niño es muy importante para "el movimiento". Tras tener José que intervenir para salvar a sus hijos de ser reclutados para la lucha armada, su familia al completo se ve obligada a huir. Es entonces cuando aprovechan para llevar al pequeño al hospital, para que sea curado. Años más tarde, los guerrilleros no se olvidan del "muchachito" y buscan a José para que se lo devuelva, dada su especial importancia. No obstante, ya no sólo le buscan las FARC, también lo hace la policía colombiana.
Crítica
Hace ya tiempo que nos enfrentamos a esta cinta cuyo mayor reclamo es, sin duda, su protagonista, el lucense Luis Tósar, quien nos ha brindado unas cuantas grandes interpretaciones en los últimos años, y sólo por citar algunas, Celda 211, Mientras Duermes, Te Doy Mis Ojos, Los Lunes al Sol, También la Lluvia, ..., valiéndole el reconocimiento de público y crítica, el respeto de sus compañeros de profesión y algún que otro premio en forma de busto de pintor aragonés.
La cinta se fija en el episodio real del secuestro de la doctora Clara Rojas por parte de las FARC y más concretamente se centra en su hijo Enmanuel, al que dio a luz durante su cautiverio (durante el cual también quedó embarazada). El bebé recién nacido fue entregado al campesino José Crisanto para que lo cuidase como si fuese un integrante más de su familia. La posterior liberación de la doctora y de su hijo supuso un importante momento de tensión entre Colombia y Venezuela, por los acontecimientos que precisamente la película narra.
Como comentábamos en el párrafo inicial, el mayor atractivo de la cinta, más allá del interés propio en conocer la historia, de la cual habíamos oído hablar pero no conocíamos en profundidad, es su protagonista. Y señores, no defrauda. Una vez más vuelve a brindar un excelente trabajo, con un notable esfuerzo por abandonar su natural acento galaico y componer un habla propia del personaje que interpreta. Un reto muy bien resuelto. ¡Moi ben, Luis, estás de carallo!
No obstante, alabada la interpretación del paisano de mis ancestros, poco más queda. La cinta no acaba de definirse ni de concretar qué quiere ser realmente, si una película de tintes políticos o una clase de cotidiana humanidad y supervivencia. De no ser por el brillante papel de Tósar, el film caería en el más absoluto de olvidos, dado que adolece de todo ritmo pese a las formas de "road-movie-balsera" y apenas profundiza en nada; ni en la situación política, ni en el conflicto en sí, ni en lo humano, ni en la desigualdad, ni en la pobreza, ni en la situación colombiana. Cual paramilitar alocado, se disparan muchas balas pero apenas encuentran blanco claro. Sólo el buen hacer de su protagonista consigue tenerte ahí, frente al televisor. A ningún clavo más te puedes agarrar, salvo a la fotografía y sólo por momentos.
Pocos elementos loables y pocos atractivos para una cinta que sólo sirve para lustrar un poco más una ya de por sí brillante hoja de méritos, la de su actor protagonista.
Sin más nos despedimos (no queremos ser pesados) y les deseamos unas felices vacaciones a todos. Y ya saben, aprovechen entre rayo de sol y mojito para acercarse al cine y disfrutar de nuestro noble y amado arte; algunos productos veraniegos merecen la pena.
Nota general: 4,0 sobre 10.
La cinta se fija en el episodio real del secuestro de la doctora Clara Rojas por parte de las FARC y más concretamente se centra en su hijo Enmanuel, al que dio a luz durante su cautiverio (durante el cual también quedó embarazada). El bebé recién nacido fue entregado al campesino José Crisanto para que lo cuidase como si fuese un integrante más de su familia. La posterior liberación de la doctora y de su hijo supuso un importante momento de tensión entre Colombia y Venezuela, por los acontecimientos que precisamente la película narra.
Como comentábamos en el párrafo inicial, el mayor atractivo de la cinta, más allá del interés propio en conocer la historia, de la cual habíamos oído hablar pero no conocíamos en profundidad, es su protagonista. Y señores, no defrauda. Una vez más vuelve a brindar un excelente trabajo, con un notable esfuerzo por abandonar su natural acento galaico y componer un habla propia del personaje que interpreta. Un reto muy bien resuelto. ¡Moi ben, Luis, estás de carallo!
No obstante, alabada la interpretación del paisano de mis ancestros, poco más queda. La cinta no acaba de definirse ni de concretar qué quiere ser realmente, si una película de tintes políticos o una clase de cotidiana humanidad y supervivencia. De no ser por el brillante papel de Tósar, el film caería en el más absoluto de olvidos, dado que adolece de todo ritmo pese a las formas de "road-movie-balsera" y apenas profundiza en nada; ni en la situación política, ni en el conflicto en sí, ni en lo humano, ni en la desigualdad, ni en la pobreza, ni en la situación colombiana. Cual paramilitar alocado, se disparan muchas balas pero apenas encuentran blanco claro. Sólo el buen hacer de su protagonista consigue tenerte ahí, frente al televisor. A ningún clavo más te puedes agarrar, salvo a la fotografía y sólo por momentos.
Pocos elementos loables y pocos atractivos para una cinta que sólo sirve para lustrar un poco más una ya de por sí brillante hoja de méritos, la de su actor protagonista.
Sin más nos despedimos (no queremos ser pesados) y les deseamos unas felices vacaciones a todos. Y ya saben, aprovechen entre rayo de sol y mojito para acercarse al cine y disfrutar de nuestro noble y amado arte; algunos productos veraniegos merecen la pena.
Nota general: 4,0 sobre 10.
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