Dirección: Daniel Sánchez Arévalo.
Intérpretes: Quim Gutiérrez, Raúl Arévalo, Adrián Lastra, Inma Cuesta, Antonio de la Torre, Clara Lago, Nuria Gago, Alicia Rubio, Marcos Ruiz.
Sinopsis
Una boda frustrada. Diego (personaje interpretado por Quim Gutiérrez) se planta el día de su boda en al altar, con su traje, pero sin novia y sin muchas trazas de que se presente. Ella ha decidido dejarle.
Ante esa situación y sin haber avisado a parte de los invitados, Diego se presenta en la iglesia para comunicarlo... ¿Y qué hacer ahora? Pues bien, junto a sus primos Julián (personaje interpretado por Raúl Arévalo) y José Miguel (personaje de Adrián Lastra), deciden ir a Comillas, pueblo en el que veraneaban en la juventud, tratando de reconquistar a Martina (personaje interpretado por Inma Cuesta), un viejo amor de la adolescencia por el que Diego quedó marcado. Así tratarán de olvidar el desengaño amoroso pre-boda.
Ante esa situación y sin haber avisado a parte de los invitados, Diego se presenta en la iglesia para comunicarlo... ¿Y qué hacer ahora? Pues bien, junto a sus primos Julián (personaje interpretado por Raúl Arévalo) y José Miguel (personaje de Adrián Lastra), deciden ir a Comillas, pueblo en el que veraneaban en la juventud, tratando de reconquistar a Martina (personaje interpretado por Inma Cuesta), un viejo amor de la adolescencia por el que Diego quedó marcado. Así tratarán de olvidar el desengaño amoroso pre-boda.
Crítica
Pasa por delante de nuestro escaparate ignorante esta osada comedia de Daniel Sánchez Arévalo y pensamos que nos puede amenizar la tarde-noche.
PRIMOS, gran palabra. Presente en muchos de nosotros y que nos evoca complicidad y amistad, mas allá de un simple parentesco. Es un término al que le conferimos una gran relevancia dado que no sólo refleja el hecho de compartir gran cantidad de tu material genético con otra persona por razones que no has podido elegir y que te vienen dadas por el mero hecho de existir y por el mero hecho de nacer en el seno de una familia. En él, en la palabra en cuestión, se encierra amistad, complicidad, vivencias, veranos de infancia juntos... sentimiento profundo y arraigado que la distancia y el tiempo no podrán borrar, y mucho menos anular. Y eso se refleja en esta comedia... Pero vamos a lo cinematográfico que pierdo con facilidad el norte y comienzo a divagar...
PRIMOS es una comedia con cierta frescura y una cierta y extraña habilidad para aportarnos algo de luz, algo más de ternura y bastante gracia. Sin llegar a lo emotivo, ni a la carcajada extrema, sí que nos aporta un ameno entretenimiento con regusto conmovedor y dulce.
Su monólogo de arranque en el altar de la iglesia es singular, arriesgado y graciosillo, adjetivos que le serían algo más superlativos de no ser por la falta de chispa de Quim Gutiérrez. A partir de ahí, y teniendo como punto de partida una alocada idea a modo de remedio paliativo y de maniobra de distracción, el río por el que navega la película es de meandros previsibles y con escasos saltos que aceleren el curso de un cauce sano pero insuficiente para los amantes de la piragua y el kayak. Es decir, previsible y con poco oxígeno. Eso sí, no le podemos negar cierto atractivo en cuanto a carga de ternura y al aroma a "fiestuki" de adolescencia, con el humor propio de esas situaciones y de esas vivencias.
Por tanto tenemos un guión correcto con una dirección pulcra que se ve completada por un abanico de interpretaciones de todo tipo. Desde el ya presentado Quim Gutiérrez, con su máster en sobreinterpretación y su gesticulación propia del amargor provocado por la anestesia de un mal dentista o de un limón rico en ácido cítrico, a la finura humorística de Raúl Arévalo, pasando por las dosis de ternura y belleza que le da Inma Cuesta y por el saber hacer, el aplomo y la sobriedad de Antonio de la Torre.
Por resumir tratando de abreviar, cosa que seguro que nos agradecen, vamos a sentenciar. Lo bueno: graciosa, tierna, limpia, sana, ciertamente fresca y sin pretensiones. Lo malo: muy previsible, carente de "punch", alguna de las interpretaciones y no logra transmitir todo lo que podría.
Se la recomendamos para esa tarde de domingo o sobremesa de fin de semana en la que quieran pasar un agradable rato, aliviando el estrés semanal, sin querer pensar demasiado y tratando de olvidar los problemas que les envuelven.
El aprobado? Uhmmm... se lo damos.
PRIMOS, gran palabra. Presente en muchos de nosotros y que nos evoca complicidad y amistad, mas allá de un simple parentesco. Es un término al que le conferimos una gran relevancia dado que no sólo refleja el hecho de compartir gran cantidad de tu material genético con otra persona por razones que no has podido elegir y que te vienen dadas por el mero hecho de existir y por el mero hecho de nacer en el seno de una familia. En él, en la palabra en cuestión, se encierra amistad, complicidad, vivencias, veranos de infancia juntos... sentimiento profundo y arraigado que la distancia y el tiempo no podrán borrar, y mucho menos anular. Y eso se refleja en esta comedia... Pero vamos a lo cinematográfico que pierdo con facilidad el norte y comienzo a divagar...
PRIMOS es una comedia con cierta frescura y una cierta y extraña habilidad para aportarnos algo de luz, algo más de ternura y bastante gracia. Sin llegar a lo emotivo, ni a la carcajada extrema, sí que nos aporta un ameno entretenimiento con regusto conmovedor y dulce.
Su monólogo de arranque en el altar de la iglesia es singular, arriesgado y graciosillo, adjetivos que le serían algo más superlativos de no ser por la falta de chispa de Quim Gutiérrez. A partir de ahí, y teniendo como punto de partida una alocada idea a modo de remedio paliativo y de maniobra de distracción, el río por el que navega la película es de meandros previsibles y con escasos saltos que aceleren el curso de un cauce sano pero insuficiente para los amantes de la piragua y el kayak. Es decir, previsible y con poco oxígeno. Eso sí, no le podemos negar cierto atractivo en cuanto a carga de ternura y al aroma a "fiestuki" de adolescencia, con el humor propio de esas situaciones y de esas vivencias.
Por tanto tenemos un guión correcto con una dirección pulcra que se ve completada por un abanico de interpretaciones de todo tipo. Desde el ya presentado Quim Gutiérrez, con su máster en sobreinterpretación y su gesticulación propia del amargor provocado por la anestesia de un mal dentista o de un limón rico en ácido cítrico, a la finura humorística de Raúl Arévalo, pasando por las dosis de ternura y belleza que le da Inma Cuesta y por el saber hacer, el aplomo y la sobriedad de Antonio de la Torre.
Por resumir tratando de abreviar, cosa que seguro que nos agradecen, vamos a sentenciar. Lo bueno: graciosa, tierna, limpia, sana, ciertamente fresca y sin pretensiones. Lo malo: muy previsible, carente de "punch", alguna de las interpretaciones y no logra transmitir todo lo que podría.
Se la recomendamos para esa tarde de domingo o sobremesa de fin de semana en la que quieran pasar un agradable rato, aliviando el estrés semanal, sin querer pensar demasiado y tratando de olvidar los problemas que les envuelven.
El aprobado? Uhmmm... se lo damos.
Nota general: 5,0 sobre 10.
Trailer
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Fuiste duro con la nota!
ResponderEliminarPuede que tengas razón y que si la valorásemos como film independiente la cosa dé solo para un domingo por la tarde. Pero viéndola en perspectiva con los largos y cortos de Sánchez Arévalo, no hay duda que es la más redonda. Ese aire de 'fiestuki' me gusta: demuestra que se puede hacer comedia pura (no una 'dramedia') sin profundidades ni moralinas. Además es una historia que tiene 'personajes' bien perfilados que sufren un cambio en la historia: eso no se puede decir de todas las pelis. Vaya, que entiendo ese 5, aunque en mi blog la haya nominado a mejor film local del año.
La 'no ortodoncia' del Quim da para tanto cachondeo! Creo que él mismo sabe que le da personalidad y por eso no se lo arregla. Me parece que es el muso de Sánchez Arévalo (¿tanto como sobreactuación? ¡pobrecito! ;) ).
Saludos!
Hola Xavier!
ResponderEliminarQuizá sí, quizá fuí duro con la nota... Pero ya sabéis que me cuestas mucho dar buenas notas.
Tengo que reconocer que no he visto muchas cosas de Sánchez Arévalo, creo que sólo Gordos. Ésta me gustó más que Gordos, pero sobre el resto no puedo opinar...
Respecto a Quim Gutiérrez, para nada me estaba "cachondeando de su no ortodoncia", Dios me libre de tal cosa!! Sería de mal gusto y perdón si alguien lo ha entendido así. Me refería a su exceso de gesticulación y sus excesivas muecas en ocasiones, lo que me evocaba a cuando estás en el dentista y al sabor amargo de la anestesia,..., a las caras que se ponen en esas ocasiones, pero para nada me refería a su dentadura, quiero dejarlo claro.
No sé si Quim Gutiérrez es su musa... creo que a ese galardón deberá competir contra Antonio de la Torre... Mucho mejor actor desde mi punto de vista.
Muchas gracias Xavier, desde la Ignorancia Lucas Liz.
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
ResponderEliminarBienvenido David del Bass
ResponderEliminarMuchas gracias por tus visitas y por tu comentario. Te damos la bienvenida a este espacio y esperamos verte por aquí a menudo...
Gracias por tus palabras, pero creo que me sobrevaloras...
Un fuerte abrazo y feliz 2012 a ti también.
Desde la Ignorancia, Lucas Liz.
Yo la vi en casa, una tarde de domingo!! y la disfruté muchísimooo!! me parece efectiva y cómica!! un abrazo lucas!
ResponderEliminarHola Ismael
ResponderEliminarQué grata alegría leerte!!
Dos bueno adjetivos para definirla ... Pero seguro que no estás de acuerdo conmigo en la nota...jajaja.
Un abrazo Ismael
Desde la Ignorancia, Lucas Liz.
Hola Cami
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu ofrecimiento.
Ya me he puesto en contacto contigo vía correo electrónico y para este tipo de consultas agradeceríamos que te pusieses en contacto con nosotros a través del formulario "Contacta con la ignorancia" y dejar estos comentarios para hablar de las películas...
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Desde la Ignorancia, Lucas Liz.