August: Osage County (Agosto)

Año: 2013.

Dirección: John Wells.

Intérpretes: Meryl Streep, Julia Roberts, Chris Cooper, Juliette Lewis, Ewan McGregor, Benedict Cumberbatch, Sam Shepard, Abigail Breslin, Dermot Mulroney.

Sinopsis

Adaptación cinematográfica de la obra teatral homónima de Tracy Letts.

El matrimonio Weston (formado por los personajes interpretados por Sam Shepard y Meryl Streep) vive en una gran casa en la campiña del estado de Oklahoma (Estados Unidos). Durante el transcurso de un cálido verano, el padre de la familia desaparece en extrañas circunstancias,  provocando una reunión familiar. En esos días de reencuentro se conocerá lo mejor y lo peor del padre, la madre, la hermana, el cuñado, las hijas, los yernos,... poniéndose de manifiesto las miserias y vergüenzas (y desvergüenzas) de todos y cada uno de ellos.

Crítica

John Wells lleva a la gran pantalla la obra teatral de Tracy Letts, ganadora del premio Pulitzer en al año 2008. Asume así el reto de hacer funcionar en el formato cinematográfico una obra teatral exitosa, tanto de crítica como de público, lo cual no siempre es sencillo de conseguir, dadas las diferencias más que evidentes entre ambos géneros artísticos. En esta labor, no se duda en contar con un elenco extraordinario de actores, encabezados por ese monstruo de la interpretación (en este caso, el sustantivo le hará justicia también al personaje) llamado Meryl Streep, quien no se harta de regalarnos excelsas interpretaciones que no dejan de reportarle nominaciones y más nominaciones; no así tantos premios (que algunos sí), pero que si fuese por nuestro humilde criterio, poco podrían hacer el resto de actores/actrices ante cualquiera de las demostraciones de talento, trabajo y saber hacer a las que este mujer nos tiene acostumbrados. Aun así, no deja de sorprendernos una y otra vez. Además de ella, el plantel lo conforman Julia Roberts, Ewan McGregor, Juliette Lewis, Sam Shepard, Chris Copper (¡qué grande eres!), Benedict Cumberbatch (a lo Michael Fassbender, empieza a aparecernos hasta en la sopa), etc. Todo junto es lo que nos empuja a la sala de proyección, además de la curiosidad por saber si todas las familias están igual de poco cuerdas que la nuestra... A la salida, sólo nos viene a la cabeza el castizo dicho de "virgencita, virgencita, que me quede como estoy".

La película tiene una parte inicial, en la que se nos presentan parcialmente a los personajes, sin brío alguno y escasa de chispa, causas que provocan que al espectador le cueste engancharse (no dejábamos de movernos en nuestra butaca, y eso que era bien cómoda). Pero a partir de la primera media hora, se incrementa la intensidad y disminuye nuestra resistencia inicial, por lo que crece el voltaje, cual buen comportamiento físico descrito por  la ley de Ohm. Por momentos, el film es capaz de electrocutarnos, carcajadas incluidas.

La cinta medra conforme crecen los personajes de Julia Roberts y Meryl Streep; conforme ésta segunda va derrochando todo su poderío, apoyándose en un personaje duro, rudo, mal hablado y muy áspero. Ese "in crescendo" se ve constreñido por el formato, tal y como si quisiese serle fiel a la representación teatral, por lo que todo queda demasiado circunscrito, cual rígido escenario. De esa atmósfera recarga y densa, cual calor asfixiante de la llanura interior americana durante el estío, se trata de salir con el poder de los diálogos, con la palabra; vocabulario potente y fuerte dicción que hacen reaccionar al espectador, pero que por momentos hacen que la cinta caiga en la exageración e incluso en la crueldad de inverosímiles vergüenzas familiares que nos hacen odiar aún más a algunos personajes y sentir más lástima por otros. Sin "spolier" alguno, nos referimos sobre todo al desenlace final, en el cual parece que estamos agarrados a la soga de la salvación y la vía de escape, y ni siquiera eso se nos concede, al sesgar cualquier atisbo de humanidad en el personaje central de la obra: se destrozan las únicas gotas de inocencia y humanidad que quedaban en la familia. Ahí es donde llega a causarnos dolor; quizá sólo ahí, porque toda sensación similar en lo visto hasta ese punto naufraga en la desmesura.

Se podría decir que es un bello (por los figurantes del envoltorio) cartucho de dinamita, provisto de una mecha excesivamente larga (con lo que retarda mucho la ignición), pero excesivamente concretado de explosivo en algunos puntos (y no en tantos), lo que hace que al explosionar, arrase con todo lo que hay sobre el escenario: Sin embargo, son potentes llamaradas puntuales y no sostenidas; una explosión incontrolada.

Sin lugar a dudas, y como ya esperábamos, lo mejor es la magistral interpretación de Meryl Streep (pediríamos el Óscar para ella, pero es que siempre lo pedimos y no queremos ser "pesaditos", aunque sabemos que lo somos), muy bien acompañada de una meritoria Julia Roberts (y eso que no somos unos apasionados de su talento interpretativo) y el buen hacer del resto elenco. Además, dentro de tanta desproporción, el humor tiene cabida en forma de granizo, que martillea nuestro entendimiento y hace brotar la carcajada cual piedra de hielo chocando contra los cristales de nuestras ventanas.

Es verdad que toca y hurga, pero no tanto como pretende, y la desmesura la aleja del terreno de lo creíble... Me quedo con mi familia! Jajaja!!

Nota general: 5,5 sobre 10.

Tráiler