miércoles, 30 de mayo de 2012

Drive

Año: 2011.

Dirección: Nicolas Winding Refn.

Intérpretes: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Albert Brooks, Ron Perlman, Brian Cranston.

Sinopsis
Un misterioso joven (personaje interpretado por Ryan Gosling) trabaja en un taller de mecánica del automóvil, pero su talento natural reside en su destreza al volante. Esta habilidad le lleva a realizar otra serie de trabajos más allá del taller: especialista en el cine de acción y conductor para delincuentes. En este segundo tipo de trabajos cede su talento al volante a la huida tras distintos tipos de robos.

Su jefe en al taller, Shannon (personaje interpretado por Brian Cranston), es quien le busca los trabajos como especialista  y quien quiere "construir" un coche a medida para su chico. Y así, hacerlo competir en  carreras, para lo que requiere de la financiación de dos mafiosos locales, papeles interpretados por Albert Brooks y Ron Perlman.

El solitario y misterioso conductor ve alterada su vida al conocer a su vecina Irene (personaje interpretado por Carey Mulligan), quien vive con su hijo y cuyo marido está en la cárcel.

Los sentimientos por el niño, por Irene, la salida de la cárcel del marido de ésta y los tratos de Shannon con la mafia cambiaran por completo la vida del protagonista, que se verá obligado a tomar parte.

Crítica
Muchos han sido los que se han asomado a esta modesta ventana de opinión y nos han pedido que viéramos Drive, película sorprendente y asombrosa para ellos, queriendo así conocer nuestra ignorante, vacía y carente de criterio opinión. Y bien, ahora hemos tenido el tiempo y la oportunidad de subirnos a "este carro", queriendo compartir con ustedes nuestra experiencia desde el asiento trasero de cualquiera de los coches que brillantemente pilota nuestro protagonista.

Es una cinta realmente sorprenderte como alguno de "nuestros amigos" ya nos avanzaban. Es un producto raro, pero agradable de ver. Una apuesta arriesgada en las formas, en el contenido y en lo que despierta; seguro que horrorosa para algunos, idolatrada para otros. Nosotros, como hombres de ciencia mesurada que somos, ya les avanzamos que como amantes de la velocidad pero anteponiendo la seguridad, nos encontramos en la mediatriz equidistante a esos dos polos del segmento que une el odio con el amor.

Es rara, pero loable, aunque no santificable. De ritmo extremadamente lento dentro de la vivencia rápida. Violenta en el seno de la calma que le concede ese ritmo de quinientas revoluciones en motor de gasolina. Crispada en emociones desde la casi insensibilidad. Una cinta verdaderamente atrevida con una apuesta clara: transmitir desde el propio vacío que crea, lo que en ocasiones es duro, complejo y difícil de sobrellevar.

Nosotros, espectadores de escaso criterio, todavía estamos definiendo nuestra opinión al respecto. Todavía no sabemos muy bien si la odiamos del todo o si por el contrario, el rugir de su motor nos ha calado más de lo que suponemos. Así que esa mediatriz, esa solución de compromiso del aprobado ramplón, es la que nos provoca la mayor de las comodidades. Lo que en sí mismo, no deja de ser mala señal, dado que no saber muy bien si algo te ha transmitido o no, no deja de ser algo terriblemente negativo en esencia, ¿no creen?

La cinta comienza en esas bajas revoluciones, en un ralentí descriptivo de personajes que tiene efecto somnífero y en cierta medida puede alejar al espectador, el cual es fácil que decida desengancharse por completo de la historia, sin esperar que algún golpe de pedal acelere la cuestión y nos haga abrocharnos el cinturón para vivir lo emocional desde lo sombrío, lo pasional desde la frialdad,..., elementos casi imposible de mezclar, pero que confluyen en un carburante de medio octanaje, lo justo para no dar tirones de pistón y no emitir más de la cuenta. Es verdad que la mitad del anfiteatro, para entonces, puede haber decidido bajarse del vehículo y coger el autobús que primero pasase por allí, pero que le llevase por otros recorridos más seductores, más sencillos también.

En la segunda fase del metraje, expuestos personajes y problemáticas, se pisa el acelerador con picos de más de cinco mil revoluciones, generando dosis de alta violencia y alto contenido en sangre. Este elemento nos evoca a cierto cine de los años ochenta, pero más estilizado y, si me lo permiten, más "creativo".

No obstante, un pecado-defecto mortal es que se mueve entre el carril derecho de la honestidad y el izquierdo de lo pretencioso, que pisa en ocasiones, sin haber disposición permisiva del código de circulación cinematográfica que permita dibujar una línea discontinua entre ambos carriles de sentido tan opuesto. Más bien son dos plataformas de distintas  autovías en las cuales difícilmente se puede circular a la vez, por mucho que tratemos de adecuar la velocidad.

Concluyendo. Sí que es ambiciosa y el circuito por el que transcurre presenta muchos baches inverosímiles. Tiene alma de Ford Mustang en su concepción y se queda en el Chevrolet Impala con el que comienza. Sí que es una propuesta creativa; el resultado, al menos, criticable. Lo que nadie puede negar es lo perturbador de la apuesta y pese a que en la formación de la parrilla de salida no se ven Ferraris ni Mercedes, a mitad de carrera y tras el primer cambio de neumáticos, nos empezamos a hacer la idea de que tenemos un bello Ford Mustang delante de nuestros ojos. Sin embarco, a la bandera a cuadros y tras el frenazo final, sólo tenemos ese Chevrolet Impala plateado, que como en la película se dice, es el coche más común de California; si bien cumple prestaciones y tiene alma y caballos de sobra, puede pasar desapercibido, cual metáfora de lo que supone la película al panorama cinematográfico y a nuestra filmoteca.

Por último, en cuanto a lo técnico quisiéramos evaluar algunos aspectos. Notable a la interpretación de Ryan Gosling, le da todo a la película; no sería la misma sin él, sin su frialdad, sin su dualidad, sin su mondadientes (elemento totalmente prescindible por otra parte). Estamos ante el papel que le reafirma como actor más allá de una cara bonita y un montón de músculos, aquí, por cierto, bien tapados tras "la chupa del escorpión". Sobresaliente a los efectos sonoros y a la selección musical. Aprobado justito a los efectos visuales y a la fotografía.

Reconocemos que nos entretuvo y tiene elementos de mérito, pero no nos llegó a hechizar. Una pena.

Nota general: 5,0 sobre 10.

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miércoles, 23 de mayo de 2012

Hugo (La Invención de Hugo)

Año: 2011.

Dirección: Martin Scorsese.

Intérpretes: Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Jude Law, Emily Mortimer, Michael Stuhlbarg, Ray Winstone, Christopher Lee.

Sinopsis
Tras la muerte de su padre en el incendio del museo en el que trabaja, Hugo Cabret (personaje interpretado por Asa Butterfield), un niño amante de los relojes y la maquinaria, se ve obligado a vivir con su tío en el interior de la estación de trenes de Paris. En ella se encarga de mantener y arreglar todos y cada uno de los relojes que allí hay; oficio que aprendió de su padre (personaje interpretado por Jude Law).

Entre las pocas pertenencias que conserva de su progenitor se encuentra un pequeño androide mecánico en cuya reparación se vuelca y para lo cual necesita gran cantidad de piezas. En pro de conseguirlas, conocerá a una chica  (Chloë Moretz) y a su padrino (Ben Kingsley), el cual regenta una tienda de juguetes en la propia estación, y eso le conducirá a una aventura relacionada con los comienzos del cine. No obstante, tendrá que tener cuidado, ya que el jefe de seguridad de la estación (Sacha Baron Cohen) está obsesionado por atrapar niños huérfanos y entregarlos al orfanato.

Crítica
Estrenada ya hace tiempo en los cines españoles, no nos hemos podido acercar a ella hasta estos días y todo gracias a una loable (desde aquí) iniciativa que ha tenido una cadena de multicines (cinesa concretamente, no nos pagan por decirlo, que quede claro) titulada "Por si te la perdiste" o algo similar. La cuestión es que cada semana vuelven a estrenar una película muy reciente, a un precio muy asequible, 3 euros, pudiendo disfrutar así en la gran pantalla de películas que a lo mejor se nos han escapado cuando estaban en cartelera...y éste es uno de esos casos.

Como algunas veces hemos comentado, en la fórmula de la decepción hay un término relacionado con el nivel de expectativas, las cuales, en este caso, volvían a ser altas. Y sí, nos ha decepcionado notablemente. Les contaremos las razones.

La cinta es un sueño infantil con los elementos propios de los mismos. Dosis de fantasía, ingenuidad y simplicidad. Insuficientes y mal ensamblados, no obstante.

Visualmente es un primor, una joya delicada y exquisita, hecha con el talento y el virtuosismo propio de Martin Scorsese. Casi deslumbrante si me lo permiten, pero ahí se quedan todos sus méritos. 

La historia es infantiloide, simplista y muy previsible. Dentro del supuesto mágico mundo de la fantasía y la imaginación infantil, a la película le faltan muchos ingredientes. La sorpresa y el afán aventurero de unos niños con ganas de descubrir, con inquietudes, despojados de las trabas de la madurez, asumiendo riesgos, etc., están completamente ausentes. No se logra transmitir ni contagiar  ni el más mínimo entusiasmo, alegría o sorpresa al espectador, con lo que es fácil que éste naufrague por una mar hermoso, pero carente de viento con el que navegar. En ningún momento nos ha hecho vibrar, ni apasionarnos... mucho menos trasladarnos a nuestra infancia y hacernos creer niños otra vez. Emocionarnos, abrir los ojos como platos para captar todo, disfrutar...no, eso no lo consigue, en casi ningún momento.

Aunque es cine y además dentro de la fantasía que se le presupone, las casualidades que se dan son muy poco creíbles y si lo detectas, mala señal. No es nada bueno que nuestra cabeza, y lo más importante, nuestro corazón, se pare en esa reflexión. Sí, porque es una película hecha desde el corazón y para llegar al corazón, a los rincones más inocentes de nuestros corazones, a ese niño que todavía llevamos dentro y que es capaz de sorprenderse e ilusionarse, pese a las barreras de la razón y de la mente adulta. Pero no llega a eso, no llega tan profundo. Fracasa en ello. Es una pena y pensábamos que lo conseguiría.


Pena de interpretaciones también. Perdonen lo que voy a decir, pero parecía "un niño sin ojos". Los ojos transmiten, los ojos son lo más importante, los ojos no mienten, siempre dicen la verdad aunque los labios se empeñen en dejar salir las mentiras que las cuerdas vocales forman y el cerebro ordena. Los ojos lo son todo y son los faros de nuestra luz, de nuestro corazón. Ese corazón al que la película no acaba de llegar. Unos ojos con lágrimas artificiales que no logran colmar, iluminar la pantalla. No nos embaucan y no nos trasladan a los rincones de la emoción, la fantasía o la ilusión... Así los vimos y así se lo decimos. Domage!!

A Asa Butterfield le acompaña una algo más agraciada Chloë Grace Moretz (la niña pega-mamporros de Kick, Ass, Hit Girl) y un desafortunado Ben Kingsley, también exento de emoción y de transmisión alguna; falto de intensidad, ritmo o similar. Jude Law tiene un papel prácticamente testimonial y Sacha Baron Cohen se aleja de sus "ridículos y soeces" papeles, para completar una interpretación que trata de ser fría y regia, pero que no nos atrevemos a calificar por escasez de brillantez también.

No podemos aprobarla y la nota que le damos se debe única y exclusivamente a la realización y a la calidad visual del film. Del resto adolece.

Nota general: 3,0 sobre 10.

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martes, 22 de mayo de 2012

X-Men: First Class (X-Men: Primera Generación)

Año: 2011.

Dirección: Matthew Vaughn.

Intérpretes: James McAvoy, Michael Fassbender, Kevin Bacon, Jennifer Lawrence, January Jones, Oliver Platt, Hugh Jackman.

Sinopsis
Trata de profundizar en los orígenes y comienzos de los X-Men, antes de que los mutantes se diesen a conocer y el profesor Xavier fundase su "escuela de talentos".

Un joven doctor en genética, Charles Xavier (personaje interpretado James McAvoy), es requerido por la CIA como asesor en la persecución de Sebastian Shaw (personaje al que da vida Kevin Bacon), un despiadado criminal internacional que persigue el enfrentamiento entre las dos grandes potencias mundiales en plena guerra fría. Sebastian parece haberse rodeado de unos compañeros "con peculiares habilidades", que pueden hacer realidad lo que las teorías sobre la evolución del doctor Charles Xavier presagian.

La colaboración de Charles con la CIA le permite conocer a Erik Lehnsherr (personaje de Michael Fassbender), quien posee determinados poderes al igual que él mismo. No son los únicos en el mundo y entre los dos emprenderán una búsqueda que les llevará a descubrir y reclutar a más "individuos excepcionales", a la vez que tratan de capturar al malvado Sebastian Shaw, al que Erik parece conocer muy bien.

Entre Erik y Charles surge una gran amistad. No obstante, desde un principio, las discrepancias sobre el poder de los mutantes, y su papel en el mundo actual, son continuas.

Crítica
Continuando con nuestro mes de superhéroes y bluffs varios, hemos tenido a bien acercarnos a esta precuela de los X-Men, tratando de contemplar cómo se había planteado el comienzo de la que en un tiempo se llamó en nuestro país Patrulla X.

En el pasado pudimos ver las cuatro anteriores. Las tres de la saga X-Men evidenciaban ya una clara decadencia y un escaso criterio (como el nuestro), que únicamente se justificaban desde el punto de vista recaudatorio y tratando de exprimir el éxito de la adaptación del cómic de MARVEL a la gran pantalla. La primera, por eso mismo y por originalidad, era bastante meritoria y culminaba una película correcta, entretenida y salvando muy bien el peligro de convertir a los personajes del cómic en una cuadrilla de payasos con trajes de colores. Pero a partir de ahí, también como era normal, la saga fue decayendo y perdiendo interés. Posteriormente se intentó revitalizar con la que se le dedicó al más aclamado de los mutantes (y de los actores), confeccionando una cinta para el deleite de los seguidores/as de los músculos, de las patillas y de las rudas formas de Wolverine. Y bien, el pasado año 2011, se estrenó la que pretendía ser una precuela que nos iba a contar cómo surgió todo. La conclusión primera y que nos invade es que puede estar por encima de alguna de las anteriores (de la segunda y de la tercera sobre todo), pero no sabemos si es razón suficiente para que se exprima tanto la saga y se la haga naufragar por un terreno yermo y baldío con el único pretexto de amansar dólares.

No vamos a decir que no sea una película meritoria, entretenida y bastante bien hecha, que lo es, pero los simples espectadores como nosotros empezamos a cansarnos de tanto X-Men, si bien es verdad, como decíamos antes, que nos quita el mal sabor de boca de las últimas.

Nos presenta una estética más sesentera en lo visual (como corresponde también a la época en la que se ambienta) y más modesta en cuanto a efectos, tratando de profundizar en cada uno de los héroes y sus motivaciones, confiriéndoles una mayor complejidad, quizá, que en las anteriores. Esta pretensión quiere elevar a la cinta a algo más que una película de acción o un ejercicio puro de ciencia ficción, y no creemos que lo consiga. Cada cosa es lo que es y debiera moverse en lo suyo.

Durante su visionado siempre nos flotó en el ambiente un excesivo tufo a cine de espías, recordándonos en exceso a aquellas antiguas películas de James Bond. Los malos, son del tipo a los que se enfrentaba Sean Connery y/o Roger Moore, con las mismas pretensiones de grandeza y una estética y ostentación muy similar. Y perdonen la maldad, pero por un momento hasta vi posible que saliese Mike Myers de detrás de una cortina para asesorar a ese Kevin Bacon metido en los pantalones de malo-malísimo!!

Faltan las pinceladas de humor que tanto se agradecen y de la ironía característica del personaje de Lobezno, que engrandecía y llenaba la pantalla. Le damos el mérito de la revitalización del saga (alimentada también por el aspecto juvenil de los superhéroes) pero fracasa en las formas y en el "aspecto de peli de superhéroes" que debería haber tenido. La manera en la que se resuelven algunas escenas y algunas cuestiones deja mucho que desear y, en ocasiones, desborda patetismo. El final, por mencionar un ejemplo, nos prepararía para el resto de la saga, pero no me digan que no es "algo cutre" en su resolución.

En cuanto a las interpretaciones, le recomendaríamos al señor Fassbender que se centre en otras batallas que domina bastante más y que por apariencia y talento bordaría (últimamente tenemos Fassbender hasta en la sopa!!!). La elección de James McAvoy como Charles Xavier no la podemos compartir y no nos gusta. Así de fácil y rotundo.

Nos ha parecido plana y poco espectacular. ¿Entretenida? Lo es, no lo podemos negar, pero eso no es suficiente, ni siquiera dentro de su género.

Nota general: 3,5 sobre 10.

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sábado, 19 de mayo de 2012

Immortals

Año: 2011.

Dirección: Tarsem Singh.

Intérpretes: Henry Cavill, Mickey Rourke, Freida Pinto, Luke Evans, John Hurt, Stephen Dorff, Kellan Lutz, Isabel Lucas.

Sinopsis
En el principio de los tiempos el cielo fue un campo de batalla entre los seres inmortales. Los vencedores se declararon dioses y los vencidos, los titanes, fueron encerrados en el interior del monte Tártato, donde llevan recluidos desde entonces.

El rey Hiperión (personaje interpretado por Mickey Rourke) ha declarado la guerra a los hombres, sembrando el pánico en toda Grecia. Armado con un poderoso y numeroso ejército asola las tierras helenas en busca del Arco de Epiro, poderosa arma perdida durante la guerra entre inmortales, y con la cual podría liberar a los titanes para tratar de acabar con los dioses. Éstos, sometidos a la ley, no pueden intervenir en los asuntos de los humanos y toda esperanza pasa por Teseo (Henry Cavill), quien ha sido adiestrado por el propio Zeus en su apariencia humana (John Hurt). En su lucha, Teseo encontrará el apoyo del Oráculo (personaje interpretado por Freida Pinto) y Stavros (a quien da vida Stephen Dorff), un astuto esclavo y antiguo ladrón.

Crítica
Otra de esas cintas de las que pudimos disfrutar (y este verbo no es nada correcto) durante las pasadas fechas festivas, fue este horror con pretensiones de grandeza, al estilo de "300", que no alcanza ninguna cota por baja que ésta sea.

Se puede catalogar como una película horrible, con altas pretensiones, pero falta de contenido y fracasando completamente en lo visual. Trata de aproximarse a la grandeza en las formas de "300" y queda incluso por debajo de "Clash of the Titans"; cosa realmente difícil, con lo que podemos concluir que es todo un logro.

Burda en cuanto a contenido e irrisoria en todo lo visual, apartado en el que pretendía sentar cátedra cayendo en el más profundo de los avernos. Y sin dejar caer ningún spoiler, ¿qué me dicen de la horrorosa escena final presagiando una guerra en los cielos? Por todos los dioses de ese Olimpo, era una mezcla entre las orgías de Conan y Calígula, con las aspiraciones pictóricas de la Creación de Miguel Ángel... ¡qué verdadero horror! Por no hablar de esa fea manía del cine actual de envolver a los dioses en papel de aluminio y oro. ¿Y el color? En la misma línea pretenciosa y horrenda.

Intuimos que ha sido una película realmente cara y con una labor de post-producción considerable, cuyo fruto es un producto lamentable. Si no fuese por esa gran campaña de publicidad que no dejó ninguna marquesina sin empapelar, poca gente habría acudido a los cientos/miles de cines que la exhibían. Porque a través del boca a boca pocos espectadores habrá llegado a conseguir. Nosotros gracias a esos mismos dioses, u otros, ya nos olíamos tal fiasco y decidimos ahorrárnosla y, si acaso, "tragárnosla" una tarde de aburrimiento extremo ante la falta de nada mejor.

El reparto en su totalidad está desaprovechado ya que, aunque evidentemente el género es lo que es y no da para prodigios interpretativos, creemos que hay bastante talento desaprovechado dentro de estos actores. Madera de nogal para hacer mesas de oficina.

Los músculos de Cavill (Teseo) quedan bien en pantalla y son un reclamo... hay todo tipo de públicos, todo tipo de ojos y todo tipo de deseos ocultos.

Desde luego que desde esta tribuna les rogamos encarecidamente que se  lo perdonen. Sin más.

Nota general: 0,5 sobre 10.

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jueves, 17 de mayo de 2012

Real Steel (Acero Puro)

Año: 2011.

Dirección: Shawn Levy.

Intérpretes: Hugh Jackman, Dakota Goyo, Evangeline Lilly, Anthony Mackie, Kevin Durand.

Sinopsis
Es la historia de un ex-boxeador, Charlie Kenton (papel interpretado por Hugh Jackman), cuya retirada se precipitó por la aparición del boxeo entre robots como sustituto de las peleas entre púgiles, en respuesta a la demanda de un público que ansiaba un mayor violencia en el cuadrilátero.

Charlie se gana la vida en peleas clandestinas con su robot, tratando de subsistir, pagar sus deudas y seguir adelante. Sin mucho éxito, no obstante. Cuando peor le van las cosas, ha de encargarse de su hijo con el que apenas ha tenido relación, tras la muerte de la madre del pequeño. Los robots, el boxeo humanoide y el cuadrilátero serán el marco en el que ha de forjarse la relación entre padre e hijo, así como el futuro de su custodia.

Crítica
Sucesión de días festivos y la pertinente visita a la tierra de nuestros ancestros hace que nos aprovisionemos de algunos de esos productos cinematográficos que tenemos apartados desde hace tiempo y a los cuales no hemos sido capaces de enfrentarnos todavía. Uno de ellos es este sucedáneo de cine de acción protagonizado por Hugh Jackman, ejecutor de algún papel reseñable y al que las patillas de Lobezno le sientan bien, haciéndole muy atractivo para cierto público. Sobre todo el femenino...

Estamos ante una cosa a medio camino entre la ciencia ficción y el drama sentimentaloide de telefilme barato, propio de la sobremesa de un miércoles tarde y digno de cualquier siesta, por muy innecesaria que sea.

Empecemos con el guión. Es una historia que se ha visto en repetidas ocasiones por mucho que se trate de vestir con otros trajes. Contada ya mil veces: la relación entre un padre egoísta venido a menos, con su hijo, al que apenas conoce, valiente y  con admiración hacia el mundo de su progenitor. Es un pobre drama, previsible, facilón y al que ni siquiera acompaña el esplendor del cine de acción o de la ciencia ficción.

Ambientada en un futuro no muy lejano, el boxeo entre púgiles de carne y hueso no logra satisfacer el ansia de peleas cada vez más violentas, por lo que se han acabado imponiendo las peleas de robots. Eso hace que la cinta se tiña con una excesiva dosis de violencia (a nuestro juicio), lo que nos ha causado cierta sorpresa. No dejaría de encaminarse hacia un público familiar y esa carga de "mamporros, chorros de aceite cual sangre emanando de cuerpos robóticos y cabezas por los aires" no nos parece del todo apropiada.

Un recurrente y mal empleado uso de frecuentes tópicos: un hombre duro, rudo y egoísta, que sólo se preocupa por si mismo y no cuida sus relaciones personales, que se ve en la situación de cuidar de su hijo, de rememorar viejas glorias y de reconducir su desordenada vida, tanto en lo profesional como en lo personal, haciendo buenos los no menos tópicos de el débil gana al fuerte y el hombre a la máquina, cual patético Terminator (y perdonen por mencionarlo, no se lo merece)…. Demasiado pobre y poco imaginativo. ¡Qué hace el papel de la chica metido con calzador y como florero de las relaciones personales del protagonista!

No nos queremos extender mucho más, porque no lo merece. Estos son sus principales defectos: guión poco imaginativo, tópica, típica, previsible, poco imaginativa, escasa y además, larga y violenta. Desde luego que si nosotros fuésemos los asesores del bueno de Hugh, no le hubiésemos permitido meterse en tal pastiche...

Todo chatarra oxidada que se trata de pulir y abrillantar, pero que sólo logra alejarnos y odiar el resultado. Y encima larga. Mala de verdad.

Nota general: 1,0 sobre 10.

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jueves, 10 de mayo de 2012

The Avengers (Los Vengadores)

Año: 2012.

Dirección: Joss Whedon.

Intérpretes: Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Tom Hiddleston, Samuel L. Jackson, Cobie Smulders, Clark Gregg, Gwyneth Paltrow, Stellan Skarsgård, Stan Lee, Harry Dean Stanton, Paul Bettany.

Sinopsis
Película inmersa en el mega-proyecto de MARVEL y que reune en esta ocasión a los Vengadores, alguno de los cuales (Thor, Iron Man, Hulk y el Capitán América) tuvieron sus cintas por separado.

La Tierra se ha de enfrentar a la amenaza de Loki (hermanastro de Thor y al que da vida Tom Hiddleston) quien pretende apoderarse del mundo y someter a la raza humana, ayudándose de un poderoso ejército venido de los confines del Espacio. Nick Fury (personaje interpretado por Samuel L Jackson), director de la Agencia SHIELD, tiene que recurrir a un viejo anhelo de reunir a una serie de hombres extraordinarios que sean capaces de defendernos de tales amenazas; la iniciativa Vengadores. Así Tony Stark (personaje interpretado por Robert Downey Jr), Bruce Banner (Mark Ruffalo), Steve Rogers (Chris Evans), Clint Barton (Jeremy Renner), Natasha Romanoff (Scarlett Johansson), o mejor dicho Iron Man, Hulk, El Capitán América, Ojo de Halcón y la Viuda Negra, junto con Thor (el señor Hemsworth repite en el papel), librarán una dura batalla en defensa de nuestro mundo, teniendo que limar todas las diferencias existentes entre ellos.

Crítica
Bueno, llegó el día. Muchos de vosotros me habéis pedido que me enfrente a uno de los estrenos más esperados del año 2012: este mega-proyecto de MARVEL...¡cómo si fuese un esfuerzo!. Estamos ante una superproducción que no escatima en gastos, en efectos y en estrellas cinematográficas. Producto para todos los públicos, con una campaña publicitaria a bombo y platillo, acaparadora de palomitas y refrescos de cola, espectacularidad en dosis abusivas y un largo etcétera de grandiosidades varias.

Ya saben ustedes que no somos unos entendidos ni de cine ni del mundo del cómic (la persona a la que posiblemente más admiremos en el mundo se dedica precisamente a ello, así que no tenemos perdón), pero al que habitualmente nos gusta acercarnos. Un tipo de cine cargado de luz, efectos, color y sonido, el cual no requiere una excesiva atención, entretiene y hace disfrutar de un tentempié refrigerado, sin necesidad de grandes complejidades de guión, ni pretensiones didácticas o morales.

Pues dicho queda ya desde el principio, es de las películas del género que más nos ha gustado, y sin lugar a duda, la mejor dentro del proyecto The Avengers. Como se ha publicado en El País,  "Lo mismo de siempre, mejor que nunca".

Era una empresa arriesgada, bastante compleja y difícil. Había que compatibilizar los egos de diversos superhéroes, con entidad propia por sí sólos (no son Los 4 Fantásticos), y los egos de diversos actores. Se corría el riesgo de caer en el más absoluto de los fracasos, en el que cada uno de los superhéroes representase un papel de espectáculo circense, enfundados en trajes de colorines cual payasos desbocados, rayando lo absurdo. No obstante, Joss Whedon ha conseguido no sólo salir airoso de todo ello, sino que ha logrado algo meritorio. Sí, en su género, pero espectacular, bastante correcto, muy entretenido y bastante apasionante... (ya se barrunta una nota alta... para lo que nosotros somos).

Una cinta todo efectos, todo asombroso, todo espectacular y que a pesar de durar bastante más de dos horas, no se hace larga y mantiene al espectador vibrante, expectante, tenso y asombrado. Todo ello, con la dosis de humor exacta, para que no ridiculizase en exceso, teniendo como su máximo exponente a ese gran actor llamado Robert Downey Jr. Sí señores, la película se titula The Avengers, pero podría ser perfecta y únicamente Iron Man o Iron Man & Co. El chico metálico y de corazón nuclear emerge como protagonista indiscutible, así se lo proporcionan los diálogos, la cuota de pantalla y el heroísmo que se le concede. Pero no sólo el personaje en sí, también el actor, que logra eclipsar a sus compañeros de reparto; está extraordinariamente soberbio. Prepotente, irónico y brillante, como es el personaje. De todas formas ya sabéis que tengo debilidad por el hombre verde y uno no se puede resistir a sus debilidades. Sin duda Mark Ruffalo, el mejor de los tres Hulk de la saga (recordemos que anteriormente lo fueron Eric Bana y Edward Norton).

Destacamos también, porque así lo merecen, los efectos sonoros y los arreglos musicales. Contribuyen notablemente a la tensión y al efecto envolvente de toda la cinta. ¿Efectista? Desde luego, no podía ser de otra forma. También es efectiva. Con este envoltorio tan bonito casi no importa el contenido (en el género en cuestión, insistimos)... Lo bonito, bonito es, y en alabarlo bien haremos.

Concluyendo, no creo que decepcione a sus seguidores y creo que atraerá a otros muchos. Esperemos que sea un referente de las películas venideras en el seno de este género. Para que lo disfruten sus amantes y para que nos entretenga a todos. Es lo que es, para lo que es y en eso triunfa.

Nota general: 7,0 sobre 10.

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miércoles, 9 de mayo de 2012

Tinker Tailor Soldier Spy (El Topo)

Año: 2011.

Dirección: Tomas Alfredson.

Intérpretes: Gary Oldman, Colin Firth, Tom Hardy, Mark Strong, Benedict Cumberbatch, Toby Jones, John Hurt, Simon McBurney, David Dencik, Stephen Graham, Ciarán Hinds.

Sinopsis
Basada en la novela homónima de John LeCarré, quien colabora en la producción.

Nos situamos en plena guerra fría, tiempo de espías, secretos y balas silenciosas.

Los servicios de inteligencia británicos están en pleno proceso de reestructuración después del fracaso obtenido en una de sus operaciones en Budapest (Hungría). La sombra de un infiltrado soviético en la cúpula directiva del espionaje inglés ronda con fuerza y altos mandos del Ministerio del Interior encargan a George Smiley (personaje interpretado por Gary Oldman) que lo investigue con total discreción. George es un agente jubilado (apartado) que abandonó los servicios secretos junto con el hasta hace poco tiempo director del servicio secreto, Control (personaje John Hurt). Este experimentado profesional del espionaje conoce bien al enemigo ruso y la propia estructura organizativa des servicio de inteligencia.

La lucha por el poder y por la información, junto con la ambición personal, hacen tambalearse al espionaje británico.

Crítica
Una de las grandes películas del año 2011. Con ganas nos quedamos de disfrutar de ella en la gran pantalla y ahora hemos tenido la oportunidad de visionarla. ¿Habrán podido las expectativas otra vez con nosotros? ¿Habrán vuelto a ser un gran enemigo? Bueno, vamos a ello, se lo desgranamos y concluiremos.

Es una cinta tan fría como la guerra en la que se enmarca. Tan gélida como el sistema nervioso de los personajes que trata de retratar. Además es lenta, pausada y monorrítmica, aproximándose a la época y al mundo sombrío del espionaje, en plena batalla por conseguir y manejar información sobre el enemigo. Tiempos en los que Occidente y el muro soviético luchaban en las trincheras de los pisos francos de Europa Central.

Si bien es verdad que la frialdad, la lentitud, el ambiente sombrío y el juego de sombras son características propias del mundo al que se nos trata de aproximar, creemos sinceramente que la película adolece de algo más de fuerza y algún que otro cambio de ritmo que te despierte, te haga sobresaltar y sobrecoger. El final se te viene encima casi sin querer, casi sin darte cuenta y sin haber despertado en el espectador el más mínimo atisbo de sobresalto o emoción. No es que no logre engancharte, que lo hace, pero simplemente hace que te dejes llevar para acabar varando en un final plano y previsible, que encima casi no logra entenderse.

Junto a ese ritmo monótono, su otro gran pecado (grandísimo) es que requiere de un gran esfuerzo por parte del espectador para seguir la trama y no perderse. Quizá se debe a la dificultad de trasladar la novela y la historia a la pantalla. Desde aquí reconocemos que hay cosas que no hemos entendido y no hemos logrado comprender. A ese pequeño caos comprensivo contribuyen los continuos flashbacks, las recurrentes en exceso idas y venidas al pasado, el lenguaje y la narrativa, el exceso de nombres y personajes, y posiblemente, la incapacidad del que escribe.

Aún así, con todo eso, es visualmente atractiva y los claroscuros en los que se mueve han logrado mantenernos atentos y retratar fielmente la temática y la época.

La historia viene dada por la novela. Una gran pega le ponemos: la facilidad con el que el personaje de Gary Oldman pica y acepta el encargo. En principio es reacio y entiende que se le ha jubilado y apartado del servicio. En cambio, posteriormente, con muy poquito, se convence y acepta el trabajo.

En cuanto a las interpretaciones, podemos decir que la película es sustentada y hecha realidad por Gary Oldman y la impasibilidad de su rostro. Está enorme, soberbio. Desde la interpretación seria, dominando lo sobrio, de mirada impertérrita... es quién la da forma y sentido a todo el metraje. Merecida nominación a diversos premios, entre ellos el más importante. Junto a él, otras grandes figuras de la interpretación, de entre las que destacan John Hurt y Colin Firth; ambos aprueban con un notable.

Otro brillante y renombrado elemento, con alguna nominación bajo el brazo, es la banda sonora original de nuestro Alberto Iglesias. Pensamos que algo sobrevalorada y bastante desaprovechada, dado que se quedan los mejores cortes para los títulos de crédito iniciales y finales.

Una más que correcta película muy bien realizada pero que requiere un esfuerzo de concentración considerable por parte del espectador. Y sí, nos esperábamos algo más..., teníamos ganas de dar un notable!!

Nota general: 5,5 sobre 10.

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martes, 8 de mayo de 2012

My Blueberry Nights

Año: 2007.

Dirección: Wong Kar-Wai.

Intérpretes: Norah Jones, Jude Law, Natalie Portman, Rachel Weisz, David Strathairn.

Sinopsis
Elizabeth (personaje interpretado por Norah Jones) es una joven que vive en Nueva York y  que ha de enfrentarse al final de una relación sentimental difícil. Es entonces cuando comienza un viaje de reconquista de sí misma y de reafirmación cuya primera parada es el bar-pastelería de Jeremy (personaje al que da vida Jude Law). Desde allí emprenderá su camino, el cual le conducirá a diferentes ciudades, en las que desempeñará distintos  trabajos y conocerá a personajes de diversa índole, que estarán a su lado, de una u otra forma, en el proceso introspectivo. No obstante, por muy lejos que se encuentre, siempre tendrá un hueco para escribir una carta a Jeremey, quien no la ha olvidado.


Crítica
Recorremos la vieja filmoteca en busca de algo que nos ayude a pasar el rato y encontramos esta jugosa tarta de arándanos del director chino Wong Kar-Wai.

Estamos ante una historia modesta tanto en pretensiones como en duración, ya que sus apenas noventa minutos de extensión favorecen la ausencia de bostezos y de pesadez de estómago después de haber engullido una gran tarta rica en luz, color y gominolas, pero falta de alimento cinematográfico útil.

El guión trata de reflejar la reconquista personal de una mujer que busca reencontrarse a si misma, para lo cual no duda en romper con su actual vida y emprender un viaje de reconciliación con su yo interno. Un personaje que se  ha de ir completando con las experiencias externas que le van modelando y dando forma, o por lo menos entreteniendo, hasta que ese verdadero "yo" sea sustancial y con cuerpo suficiente como para emerger por sí mismo y asentarse. Para ello, tanto el guión, como la dirección y el montaje no vacilan en crear una especie de "road movie" (a modo de camino) centrada en el personaje de Norah Jones, a través del cual se conduce una cinta de historias cruzadas.

Es un bonito experimento estético (algo osado también) y narrativo que atiborra pero no llena. No acaba de convencernos. Trata de ahondar en la intimidad de la persona, en su fondo, pero se queda en la primera capa. Una primera lámina llena de azúcar, de color y cierta maestría visual, que si bien es dulce y agradable, se vuelve empalagosa y a veces extraña y confusa, debido a lo arriesgado del plano, de la posición de la cámara, de la fotografía e incluso del montaje. Gracias a que es breve, no nos provoca una diabetes crónica.

Se busca un aire hipnótico que te envuelva y te atrape, arrastrándote a un supuesto intimismo, perseguido por la cinta, si bien lo único que se consigue es un efecto sedante y adormecedor que por momentos aburre.

Destacables son la banda sonora, cierta fuerza en las interpretaciones, el color y un David Strathairn glorioso. Como pecados destacaremos el anhelo perseguido y no conseguido de la intimidad más propia de la persona y de un romanticismo (concentrado de alguna forma en la fuerza de un beso), que nunca acaban de enganchar y emocionar. Podríamos decir que tenemos entremeses y postres, pero que del primer y del segundo plato se olvidaron.

No obstante y pese a todo, desde nuestra ignorancia aplaudimos las apuestas arriesgadas y los productos innovadores, que buscan nuevos horizontes y nuevas formas. Unas veces mejor, otras peor, pero si no se intenta no se puede conseguir. Suspende, pero por poco...es un camino.

Nota general: 4,0 sobre 10.

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